Congo Mirador, Érase una vez en Venezuela - Película

 

Congo Mirador

Una película de Anabel Rodríguez Ríos  

Bajo el relámpago silente del Catatumbo, hay un pueblo de agua llamado Congo Mirador, al sur del Lago de Maracaibo, el mayor yacimiento de petróleo en Venezuela. Allí, la gente se prepara para las elecciones parlamentarias. 

Para la líder chavista del pueblo, Tamara, cada voto cuenta y hace todo para obtenerlos. Para Natalie, tímidamente de oposición, la política es un arma para sacarla de su trabajo de maestra. Mientras la pequeña Yoaini, ve cómo su comunidad se enloda en la creciente sedimentación y así, como su niñez, se disuelven. ¿Cómo un pueblito de pescadores puede sobrevivir a la corrupción, la contaminación y la devastación política?

Nota de intención de la directora Anabel Rodríguez Ríos

Cuando estrenamos Erase una vez en Venezuela, Congo Mirador, como es su nombre original, en la competencia de cine documental del mundo en Sundance 2020, no sabíamos la resonancia que tendría esta película que refleja el destino de un pueblo de agua del Lago de Maracaibo en Venezuela. 

Y es que la gente del Congo Mirador está pasando por lo que muchas personas en el mundo están pasando: la pérdida de su modo de vida a causa del cambio climático y el sufrimiento que significa para un pueblo vivir aplastados por un sistema totalitario, como es el caso del pueblo venezolano.

Confieso que al concebir la película y dedicarnos mes a mes, durante cinco años, a trabajar en grabarla, escribirla, pensarla y sentirla, el motor de toda esta búsqueda estuvo en las tripas de mis propios dolores. 

La reflexión más calmada se concentró en idear cómo contarlo, pero la fuerza vital del relato fue un acto animal, gutural, fue mi propio dolor, rabia e impotencia los que me guiaron. 

En Érase una vez en Venezuela se expresan una maestra, una líder comunitaria, una niña y un viejo cantor. 

Cada uno de ellos son el reflejo de nuestros propios seres queridos, de nuestras familias, de nuestros amigos, quienes están pasando el mismo abandono y desprotección que los habitantes del Congo Mirador. En ese universo de este pequeñito pueblo vimos al país.

Hoy, ha sido ya un año en que nos hemos dedicado a comunicar esta película que más que una película es un testimonio, un grito en 99 minutos de un país que está padeciendo el abuso de poder, la corrupción hecha cultura, prácticas populistas y demagógicas de unos líderes políticos sin ningún sentir por la gente, y que, como consecuencia de todas estas calamidades, pierde las condiciones básicas de existencia y debe dejar su país para sobrevivir. 

En el fondo del relato de la película, en voz de Luis Guillermo Camarillo, el más viejo del pueblo, está aquel eco de un mundo pasado, de un mundo de poesía, un mundo agreste, duro, y así mismo, conectado con el cosmos, con la gran fuerza del Lago de Maracaibo al que llamamos el Gran Coquivacoa, con el cielo, con ese misterio del Relámpago del Catatumbo. 

Ese mundo pasado nos recuerda quienes somos y toca nuestra querencia más profunda. Desde ese arraigo, desde ese amor, queremos hablar al mundo. 

Aquí estamos los venezolanos, esparcidos por esos laberintos del mundo, estamos mal, pero existimos, nuestro dolor es canto y poesía, es un dolor invadido de oscuridades. Desde allí tenemos una historia que contar. 

Es mucho lo que por años el mundo ha escuchado sobre la situación política de Venezuela, pero siempre desde las voces del gobierno y de la oposición. 

Mientras la televisión muestra la situación de desabastecimiento en los comercios de las grandes ciudades, los caminantes por trochas y carreteras de otros países, rumbo a un destino desconocido, comparten frases de lo difícil que está la vida en su país. 

Testimonios que duelen, pero que cada vez más se han convertido en simples murmullos. 

Sin embargo, la cineasta venezolana Anabel Rodríguez Ríos logra a través de su primer largometraje documental contar una historia, que recoge muchas, y que muestra la realidad del vecino país desde un ángulo en el que es imposible que el espectador no termine salpicado de barro, proveniente del mismo sedimento que se apoderó del pueblo palafito de Congo Mirador, ubicado al lado sur del Lago de Maracaibo. 

Equipados con dos cámaras, pequeñas y con objetivos angulares, con la intención de lograr reducir la distancia, Anabel y el director de fotografía John Márquez, presentan a los protagonistas: Tamara, una líder sindical que se declara enamorada del fallecido comandante Chávez y su revolución; de Natalie, la maestra que lucha por permanecer en su cargo, así no reciba un bolívar para mantener abierta la escuela; Yoaini, una niña valiente y triste que lucha para no dejarse ‘amansar’ por su entorno. 

Todos residentes de este pueblo de agua en el que hace apenas 20 años, vivían cerca de mil habitantes. 

Pero el verdadero protagonista de esta película, que tuvo su estreno mundial en la competencia de cine documental del Festival Internacional de Cine de Sundance en el 2020 y que este 6 de mayo se estrena en 20 salas del país, es Congo Mirador, ese lugar que atraía turistas para ver los espectaculares y silenciosos relámpagos del Catatumbo, pues allí las descargas eléctricas ocurren 297 días del año con, según los Récord Guinness, 250 relámpagos por kilómetro cuadrado.

El espectáculo en el cielo sigue, pero los visitantes ya no están para admirarlo, pues Congo Mirador ya no es un lugar viable, gracias al abandono del estado venezolano y al rigor de la naturaleza como respuesta ante la imprudencia del hombre. 

La sedimentación del que fuera un pueblo de agua no fue solo en sus canales, sino también en las relaciones de sus habitantes divididos por la política y por la fe en lo más traicionero: el ser humano.

“El concepto poético es que esa condición ambiental avasallante, una sedimentación acelerada, posiblemente provocada por el cambio climático, es el tema de fondo, así como lo es el ambiente en las relaciones humanas, porque así, como se sedimenta ese pueblo se contaminan y se sedimentan, metafóricamente hablando, las relaciones entre la gente”, afirmó la directora Anabel Rodríguez en algún momento del recorrido internacional del largometraje. Hablamos con ella.

Anabel Rodríguez Ríos – Directora (Sancocho Público a.c.)

Master en Artes en Realización Cinematográfica en la escuela de cine de Londres. Su cortometraje documental El galón, parte de la serie Why Poverty, fue a más de 50 festivales de cine en el mundo, incluyendo HotDocs, IDFA y fue premiado con la beca latina del Instituto de cine de Tribeca. 

Érase una vez en Venezuela, Congo Mirador, su primer largometraje tuvo su estreno mundial en la Competencia de Cine Documental del mundo, en Sundance 2020.

Sepp R. Brudermann – Productor / Editor (Spiraleye Productions)

Tras recibirse en la Academia de Artes de Viena y haber obtenido con honores un Máster en Artes en la London Metropolitan University, Sepp funda Spiraleye Productions Ltd., desde entonces trabaja junto a Anabel Rodríguez Ríos. Sepp ha producido y dirigido películas cortas y medias documentales, incluso en el mundo del arte. Su trabajo se ha visto tanto en festivales de cine como IDFA y HotDocs, así como en espacios de arte como la Kunsthalle en Krems. 

Érase una vez en Venezuela, Congo Mirador, es su primer largometraje documental, tanto como productor como editor.


Premios y Reconocimientos

Festival Internacional de Cine de Sundance 2020. Competencia Cine Documental del Mundo Shanghai International Film Festival Hot Springs Documentary Film Festival (EEUU) - Premio a Mejor Película Internacional Minnesota International Film Festival - Premio del Público Festival del Cine Venezolano (Venezuela) – Mejor Documental y Premio Especial de la Prensa Festival de la Crítica Cinematográfica de Caracas – Premios a Mejor Guion y Mejor Edición FIFAC St. Laurent du Maroni  (Guyana Francesa) – Premio a Mejor Director CineLatino Minneapolis (Estados Unidos) – Premio del Público Miradas Diversas Film Festival (Venezuela) - Premio a Mejor Guion Fortalezza Film Festival (Brasil) – Premio Mejor Fotografía, Mejor Guion, Premio de la Crítica WatchDocs Human Rights Film Festival (Varsovia) – Premio a Mejor Película This Human World International Film Festival (Austria) – Mejor Película Geneve Human Rights Film Festival (Ginebra) – Mención Especial


Ficha Técnica

Directora: Anabel Rodríguez Ríos Productor: Sepp R. Brudermann Escrito por: Anabel Rodríguez Ríos Sepp R. Brudermann Director de Fotografía: John Márquez Sonidistas: Marco Salaverria, Gherman Gil Productora Ejecutiva: Claudia Lepage Coproductores: Arash T. Riahi, Malu Campos, Nancy harrison, Joe Torres. Editor: Sepp R. Brudermann Música Original: Nascuy Linares Diseño y Mezcla Sonora: Daniel Turini Distribuidor en Colombia: Doc:co 


Compañías de producción

Sancocho Público A.C. (Venezuela) Spiraleye Productions Ltd. (UK) Golden Girls Film (Austria) Pacto Films (Brasil) Tres Cinematografía (Venezuela)


Realizado gracias a los apoyos financieros de IDFA Bertha Europe Fund (NL) Programa Ibermedia Chicken & Egg Hatched Fund (USA) Hotdocs partners Catapult Film Fund (USA) IDFA Bertha Fund  (NL) Tribeca Film Institute Worldview Fund (USA) Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Venezuela)