Salsipuedes, la persistencia del arte

Dinámicas Culturales en la Comuna 7

Dinámicas Culturales en la Comuna 7, proyecto beneficiario a la Convocatoria de Fomento y Estímulos para el Arte y la Cultura del programa de Desarrollo Local y Presupuesto Participativo de la Secretaría de Cultura Ciudadana 2022

De la serie - Hábitat Cultural de la Comuna 7

¿Cómo sobrevivir al paso de los años, al feroz proceso urbanizador de la ciudad que parece destruir cualquier vestigio del pasado, a las deudas asfixiantes?


Salsipuedes se mantiene a flote a pesar de todo. Bien sea como hospedaje de turistas o como vivienda permanente de algunos moradores, la casa, que ha sido testigo y hasta inspiración del proceso creativo de muchos artistas que han pasado por allí, persiste en sobrevivir en una urbe en la que estas viejas casonas se han derribado para dar paso a edificios de apartamentos. 


Comprada por el maestro Jorge Marín Vieco en 1939, esta era una casa campesina construida en muros de bahareque, a la que poco a poco se le han agregado habitaciones para adecuarla a las necesidades de sus propietarios. 


Según dice Jenine Fryling, nuera de Marín Vieco, este “al ser un adulto joven, ya casado, compró la casa que entonces era lejos de Medellín para hacer lo que él quería y que nadie le dijera lo que podía y no podía hacer”. Esto porque a pesar de provenir de una familia de artistas, eran precisamente ellos quienes trataban de desmotivarlo sobre la posibilidad de vivir del arte.


Allí empezó su taller de marquetería, en el que hacía marcos personalizados para fotos y cuadros de la gente adinerada de la ciudad. También cultivó su amor por la música como saxofonista en la orquesta Ritmos. Allí desarrolló su verdadera pasión, la escultura, actividad a la que se dedicó oficialmente a partir de los 40 años de edad.


Es bien sabido que la residencia era frecuentada por visitantes ilustres: intelectuales, escritores, poetas, pintores y músicos, departían y tertuliaban en este lugar. Según cuenta Jenine Fryling, fue el poeta cartagenero Jorge Artel quien empezó a llevar visitantes, el primero de ellos fue Pablo Neruda, y poco a poco se convirtió en un refugio para la libertad de expresión: “en los años 50, cuando hubo una persecución tan horrible de tantas poblaciones, los artistas sentían como un refugio aquí porque aquí podían decir y hablar lo que no se podía decir allá afuera… Ellos lo decían en su arte y tal vez no les ametrallaban la obra, pero no lo podían decir, en cambio aquí sí”.


Pero fue Lucho Bermúdez quien le dio nombre a la casa con Salsipuedes, porro inspirado en esta propiedad en la que fue huésped durante año y medio en una de sus permanencias en Medellín.


El refugio de las ideas

Hace unos 10 años, con la reactivación del turismo en la ciudad, surge la idea de posicionar Salsipuedes como Casa Museo con el fin de honrar el legado artístico del maestro Marín Vieco y dar a conocer su obra, tanto la que permanece en la residencia familiar como las esculturas monumentales y de mediano formato que se encuentran en diferentes sitios de Medellín y de Antioquia. 


Alrededor de las esculturas del maestro se entrelazan las historias de todos los personajes que han dejado huella en este sitio. Y es que el arte siempre ha estado presente en Salsipuedes, de manera que convertirla en casa museo era un paso natural para un lugar que ha sido testigo de tantas vivencias. 


Según expresa Jenine “uno quiere conservar las cosas buenas, la música que salió de aquí, la obra literaria, porque hubo mucha gente reconocida en el mundo artístico que pasó por acá. Horacio Longas, que hizo un mural que está en la sala, Jorge Artel, Pablo Neruda, Lucho Bermúdez y Matilde, Ester ForeroGonzalo Arango que fue muy de esta casa”. 


“Y después en los años 90 el grupo de jóvenes que venía, pianistas que se sentaban aquí, que hacíamos talleres de piano para ellos cuando no estaba lo digital todavía, entonces venían de todas partes del país y se hospedaban aquí. Ellos ahora son músicos muy importantes que representan a Colombia por todo el mundo, como Juan Felipe Molano, que es director de orquesta y ahora es el director de las Orquestas Juveniles de Los Ángeles, fue uno de ellos. Pablo Rojas, pianista radicado en Viena; Andrés García, director de orquesta también radicado en Viena, son tres de los que se me ocurren en este momento, pero muchos más. O sea que el arte sigue pasando por esta casa y saliendo a otras partes”. 


Sin embargo, en la actualidad la realidad de Salsipuedes es diferente. La Casa Museo no genera los recursos necesarios para el sostenimiento de la propiedad, por lo que es indispensable apoyarse en la Fundación Marín Vieco y en el alquiler de algunos espacios.


Justo el tener huéspedes fue lo que les permitió sobrevivir durante la pandemia. Según recuerda Jenine “sobrevivimos con extranjeros que los cogió la pandemia en Medellín, vinieron a vivir acá. Esto era unas naciones unidas impresionante. Había como 11 extranjeros, hacíamos nuestros propios programas: que un programa de talentos o alguno se iba en un vuelo humanitario entonces los despedíamos… Fue una convivencia bonita en ese tiempo tan duro”.


Hoy la Casa Museo Salsipuedes enfrenta nuevos retos: por un lado, la sostenibilidad y por otro el relacionamiento con sus vecinos. ¿Cómo lograr que los nuevos habitantes del sector y los vecinos habituales, vean en Salsipuedes un lugar de conservación del legado del maestro Marín Vieco? ¿Cómo mantener viva esa parte de la memoria cultural de la ciudad que reposa en sus estancias? ¿Cómo generar sentido de pertenencia y apropiación por este lugar que ha sido inspiración para muchos de nuestros artistas?

 


Servicios

Visitas guiadas con cita previa.  Valor: aporte voluntario consciente

Ubicación: carrera 91 No. 65C - 95, barrio La Pola

Teléfono: 6045941306

Correo electrónico: salsipuedes@marinvieco.com